La convicción central de la NUEVA FUERZA POLITICA (NFP) que se está configurando es que con una izquierda política, social y cultural protagónica: Chile sería otro Chile.
La NFP prioriza fortalecer una izquierda con una plataforma popular propia que sea protagónica y alternativa a las opciones neoliberales encarnadas por la derecha o surgidas desde la Concertación o desde el denominado progresismo.
Postula el entendimiento fraternal y la acción unitaria de una alternativa chilena que alcance una potencia mayor, fortalezca su lucha y, cuando sea preciso, considere acuerdo con otras fuerzas políticas y sociales para oponerse al gobierno de derecha y concordar acciones en diversos planos.
Acoger a organizaciones, agrupamientos y personas que impulsan profundos cambios sociales en nuestro país. Aspira a generar una forma de organización participativa, descentralizada, con direcciones en permanente renovación, que construya un modo distinto, menos burocrático y más transparente, de aproximarse a la lucha política, social y cultural.
Esta NFP, en proceso de construcción, está conformada hoy por muchos ciudadanos y por el Partido Izquierda Cristiana, el Partido Socialista Allendista, el Comité de Iniciativas Por Más Izquierda, el Movimiento Nueva Izquierda y Urracas de Emaus. El grupo Asamblea Democrática ha resuelto disolverse y sus miembros se han integrado a la NFP como personas.
Un Consejo Provisorio, conformado por parte de sus convocantes iniciales, y un Comité Ejecutivo, conducido por un Coordinador, tienen a su cargo llevar a cabo los objetivos de los próximos tres meses, cuando un Encuentro Nacional defina la nueva etapa, profundice las definiciones políticas, adopte un nombre definitivo, defina la naturaleza legal y determine cómo nuevas direcciones.
En esta etapa los interrogantes de la NFP se comprometen con seis puntos básicas:
1.- Nueva Constitución elaborada por constituyentes electos democráticamente.
2.- Modelo económico solidario que garantice el derecho al trabajo y los derechos laborales básicos e impulse el desarrollo como síntesis de crecimiento material, mayor igualdad económico-social, respeto por el medioambiente y avance cultural.
3.- Sistemas nacionales de educación y salud públicas gratuitos, dignos y de calidad.
4.- Política exterior latinoamericanista y solidara con todos los pueblos que luchan por sus derechos y autodeterminación.
5.- Ampliación de las libertades personales y superación de las determinaciones de género, etnia, edad, religión y opción sexual.
6.- Reconocimiento constitucional de nuestros pueblos originarios y construcción de un listado descentralizado y plurinacional.
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